No es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa…aprende a cambiar lo que haces

¿Con quién trabaja una coach emocional?

Mi misión es ayudar a que niños, adolescentes y adultos aprendan a gestionar sus emociones para que disfruten más su vida.

Nunca es tarde para mejorar la gestión de nuestras emociones. El objetivo es estar mejor preparados para afrontar todo lo que ocurre en nuestras vidas.

Si además tienes hijos, su inteligencia emocional depende en gran medida de la que desarrollen sus adultos de referencia.

¿Quieres desarrollar tu inteligencia emocional? ¿Qué la desarrollen tus hijos?

Coaching

Alcanza tus objetivos a través de un proceso. Analiza qué está ocurriendo y avanza hacia lo que realmente quieres.

Inteligencia Emocional

Hazte dueño de la gestión de tus emociones y construye la vida que quieres para ti y los tuyos.

Disciplina Positiva

Aprende herramientas de Disciplina Positiva para comunicarte y conectar mejor con tus hijos.

¿Cómo llegué a ser coach emocional?

Superviviente de trauma del desarrollo

Con 13 años mi casa pasó de ser un lugar seguro y feliz a fuente de estrés e inseguridades durante 3 años. Culminó con una separación física de mi madre que tuvo que alejarse por su salud física y mental.

Sin duda, todo aquello combinado con una muy deficiente gestión emocional de mis padres y la mía propia dio paso a un trauma del desarrollo. Con él llegaron también la disociación, los problemas de concentración, la bulimia y los excesos con el alcohol.

Conseguí con esfuerzo y resiliencia superarlo, perdonar, liberarme y sanar física y mentalmente.

¡Siempre digo que es lo peor y lo mejor que me ha pasado! Gracias a ello hoy puedo ayudar a niños y adolescentes que atraviesan una situación similar.

Llegué a la crianza en positivo y la neurociencia cuando en el confinamiento me di cuenta de que los problemas que teníamos con nuestros hijos no podían ser fruto de su comportamiento, sino de una mala gestión emocional nuestra. Quería entender qué estaba pasando y, sobre todo, aprender a gestionarlo.

«Los Niños Nunca Han Sido Muy Buenos Escuchando A Sus Mayores, Pero Nunca Fallan En Imitarlos.»

– James Baldwin