Como facilitadora de Disciplina Positiva acreditada me encanta ayudar a padres y profesores a integrar las herramientas que la Disciplina Positiva ofrece. Gracias a ellas desarrollan su inteligencia emocional y habilidades de vida.
Llegué a la crianza en positivo y la neurociencia cuando en el confinamiento me di cuenta de que los problemas que teníamos con nuestros hijos no podían ser fruto de su comportamiento, sino de una gestión inadecuada por nuestra parte. Quería entender qué estaba pasando y sobre todo aprender a gestionarlo.
Mi experiencia personal es que el uso de estas herramientas hacen que mejore de forma increíble tanto el ambiente del hogar como la actitud de los niños. Mejora la conexión con nuestros hijos y eleva nuestra consciencia, de forma que nos resulta mucho más fácil entenderles y ayudarles a crecer en todos los sentidos.